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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sensaciones post-asamblea.

La Asamblea de Presidentes de ayer fue de todo menos festiva para Navidad como suele ser habitual.
Ni la visita de la Fallera Mayor ni la Corte fueron freno para que tres sectores protestaran por lo que ellos consideraron ninguneo.
Pla del Real-Benimaclet, La Seu-Xerea-Mercat y El Carmen protestaron por las formas en las que se trató el tema de los cambios de hora de la Ofrenda.

Mucha tela que cortar. Primero porque los sectores protestaban; segundo porque Paco Lledó no entendió que el es un presidente que tiene que gestionar la voluntad de las fallas, pero son ellas las que gobiernan en las Asambleas (o deberían); tercero que un presidente debe de estar mejor asesorado, y Paco, recién llegado a esto ayer se le vio algo perdido; cuarto, si un sector o tres protestan por lo mismo, no se puede contestar que no puede consultar con todos, porque si hay cambios, por lo menos que los interesados participen y conozcan los cambios.

Ayer eran un total de 46 fallas las que pedían lo mismo y no debe un asesor enfrentarse a ellas. Debe de entender que si hablan allí es porque se ven perjudicados y en vez de rebatir y tratar de convencer, no pasa nada si pospone el tema y habla con ellos en privado.

Y algo que creo que se tiene que tener en cuenta es que no es lo que se habló, porque todos están de acuerdo con que la Ofrenda habría que retocarla, sino la forma que se utilizó y a tan solo dos meses de fallas.

Lo que se le pide a Lledó que cuando haya un cambio de este calado se consulte a las partes afectadas. Ayer creo que el presidente aprendió una lección que le dieron los presidentes de falla. No me quiero  cebar con los asesores, bien sean en la realidad o en la sombra, pero actitudes prepotentes perjudican la imagen del propio presidente y de ellos que son los que le deberían de aconsejar como llevar los temas evitando las confrontaciones en lugar de provocarlas. Ayer la Asamblea se le fue de las manos y tendrá que atarse bien los machos.

Por otra parte es llamativo que sea en temas tan puntuales como el año pasado el tema del recorte de subvenciones y este año el de la Ofrenda el que mueva la masa de los presidentes.
Y uno se pregunta ¿Y que?. No pasa nada, si esto es lo que preocupa, ¿Por qué no pueden llevarlo a la Asamblea? ¿Qué hay otros temas que son mas importantes y no se forma este lio? Bueno, cada uno habla de lo que quiere.

Y por último el tema de los Delegados de Sector. Un tema espinoso que, sin duda, es para analizarlo con detenimiento. Pienso que es hora de hablar de dos tipos de delegados. Uno no puede ser juez y parte, no puede estar de enlace con sus sector y llevando las reivindicaciones de su sector ante sus jefes de delegaciones que son los que a su vez les ponen ahí.
Esto está mal montado y los delegados no protestan por miedo a que les quiten de sus cargos. No me imagino a algún delegado discutiendo acaloradamente con los vicepresidentes para defender su sector. Cuando luego se va con ellos de fiesta. ¿de verdad podemos pensar que va a partirse el brazo por su sector cuando sus “jefes” son amiguitos de copas?
Algún presidente me reprochaba que no pudieron tener la reunión post-pleno por haberse ido los delegados a jugar a los bolos.

Sea como sea, creo que es la hora de separar los temas. Deberían de estar los “junteros”, es decir los que trabajan en Junta y ya está, y los Delegados de Sector puros y duros, que son los que estarían en contacto permanente u fueran hilo conductor entre las fallas de su sector y Junta. Así nos evitariamos problemas como los de la entrega tarde de documentos y demás,ellos solo estarían pendientes de sus fallas, no de sus fallas y delegaciones a la vez.

Pienso que hay que cambiar el concepto. Así no habría problemas como los suscitados ayer donde vimos a algún delegado enfrentarse con su vicepresidente defendiendo a su sector. Estaba entre dos aguas y los reproches fueron mutuos, por una parte el vice (o la vice para se mas exacto) le reprochaba que estuvieron juntos horas antes y no le dijo nada, el le decía que estaban juntos mucho tiempo y no le comentó nada de que su sector se iba a ver afectado.

Y un presidente no se puede permitir el lujo de decir: "Pensaba que el delegado de sector ya lo había comentado". ¿Es echar balones fuera? ¿cargar contra los delegados? ¿o desinformación del propio presidente? Sin duda algo ha fallado.

Lo dicho, no es el hecho, son las formas. Y eso lo deben de entender en la cúpula y el propio presidente y su corte de asesores.

Las fallas son las que ostentan el poder en la Asamblea, el presidente gestiona ese poder. Algo que no debemos de olvidar.

1 comentario:

  1. La Asamblea de Presidentes es el máximo organo de representación de las fallas entre Congresos... Sus decisiones estan por encima de las que adopte Junta Central Fallera y su Presidente.

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